27 junio, 2010

El chico

Carmen ojeaba la revista entusiasmada mientras Ana observaba las nubes pasar:
-¡Mira! Un test, me encantan-gritó- vamos a hacerlo venga.
Obligó a Ana a sentarse sobre la cama de aquella habitación destartalada "No... ¡no tengo ganas!" pensó ella. Eran un montón de preguntas, parecían no acabarse. Ninguna tenía ningún sentido especial, ninguna era interesante, lo típico de las revistas para chicas adolescentes:
-Vale, la última: ¿Le has robado alguna vez algo a alguien especial?-dijo con voz insinuante.
Después de tantas preguntas estúpidas Ana se quedó impactada, le venían muchos recuerdos de repente:
-Si, una figurita de un mono amarillo.
La cara de Carmen era un cuadro, "¿Un mono amarill0?" pensó:
-¿Y a quien se lo robaste?
-No lo robé... lo tomé prestado- y sonrió.
-¡Aja! Ya me estás contando la historia.
"Fue hace unos 4 años más o menos, en 3ºE.S.O. Había un chico en mi clase que era... como decirte lo atractivo que era. No era realmente guapo, ni feo desde luego... pero tenía algo que me atraía como una loca. Era un mujeriego, salía con todas las tías que se le ponían por delante... o casi todas. En clase se comportaba como un completo imbécil, había momentos que era insoportable. Muchas veces me preguntaba a mi misma como me podía atraer semejante idiota.
Pero a mitad del curso algo cambió, se mudó muy cerca de mi casa, y comencé a conocerle de verdad. En realidad era todo fachada, era amable, gracioso... y comenzó a atraerme aun más. Empezó a llamarme a menudo para dar una vuelta... para ir a tomar algo... para salir. La verdad es que acabamos haciendonos muy buenos amigos, se lo contaba todo. Pero en clase seguía con su estúpida fachada, era algo que me frenaba bastante a la hora de acercarme más a él. definitivamente me había enamorado de él, pero estaba segura de que él no sentía lo mismo por mí.
De repente todo comenzó a cambiar, igual que empezó terminó. Encontró una novia, que más bien era otro ligue de los que él se buscaba... pero con más duración digamos. Nunca quedaba con ella más que en su casa. Yo comenzé a distanciarme de él, no quedabamos tanto, no le contaba tantas cosas...
Pero en realidad yo no quería que se acabara. Una tarde llamé a su puerta, necesitaba alguien con quien hablar y el único que tenía era él. Al abrir la puerta comenzaron a derramarse mis lágrimas, se quedó boquiabierto, preocupado. Enseguida comenzó a preguntarme que me había pasado, por que lloraba. Me abrazó y yo me abracé a él, le mojé toda la camisa con mis lágrimas, por las lágrimas que había probocado él mismo sin saberlo, supongo. Me intentó ayudar, me consoló y me hizo reír, eso era lo que me gustaba de él, siempre me hacía reír. Acabamos abrazados sobre el sofá, riéndonos de los vídeos estúpidos de youtube. Le estaba tan agradecida por ayudarme... Nuestras miradas se cruzaron, y me besó. Me besó y me volvió a besar. Yo solo me enteré de que era él el que me besaba, y eso era lo que quería, así que me dejé llevar.
Me desperté por la mañana en su cama. Era lunes, es decir, tenía clase. Me puse la ropa rápidamente y salí de la habitación, o eso era lo que tenía pensado hacer. Me di la vuelta y le besé mientras dormía, no le iba a despertar. Antes de marcharme vi una figurita en su mesilla de noche, la cogí sin pensarlo, era un mono amarillo. Sabía que aquello no se iba a repetir asi que me lo llevé como recuerdo."
-Y bueno, ¿Como se llamaba?-preguntó Carmen entusiasmada.
-Alberto-dijo ella, tajante.
-¿Y que fue de ustedes?
-Es mi novio.

1 comentario:

  1. Hola Mary me tropecé con tu blog, y me encantó he de confesarte que he leido todas tus entradas al revés y al final he acabado aficcionándome a la minihistoria que estás contando.Por ello si no te importa te sigo.
    ¡Un saludo!

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