27 julio, 2010

El tarro de los sueños


-Dime Ana, ¿Has tenído alguna vez un sueño?- le preguntó el bajo la lluvia.

-¿Solo uno?-bromeó ella- He tenido muchos, muchísimos, demasiados... tantos que podría tener un tarro de sueños, lleno de cientos de papelitos de colores con ellos.

-Vaya-dijo él- Yo no he tenido muchos, más bien pocos, ¿Pero sabes qué?

-Que.

-Uno se cumple ahora.

Y la volvió a besar, bajo la lluvia.


Al día siguiente Ana lo pensó, recordó las palabras de Manu... sueños. Y lo hizo, llenó un tarro entero con papelitos de colores con sus sueños.

24 julio, 2010

La lluvia


Conducía por la autopista desierta. Tenía la ventanilla abierta, y por ella entraba la brisa fresca, mezclada con gotitas de agua que comenzaban a caer.

Volvía a casa de la fiesta, había dejado a Carmen en su casa y se dirigía a la suya... había conseguido evitar a Alberto. Estaba pensativa, los efectos del alcohol habían desaparecido, todo había vuelto a aparecer.

Se sorprendió a si misma cogiendo una salida de la autopista que no era. Aquella carretera no la llevaba a su casa, ni por asomo. "Quizás estoy demasiado dormida y ya no me entero de lo que hago" pensó. Pero se equivocaba otra vez.

Había empezado a llover, y el parabrisas estaba empapado. Había subido la ventanilla, pero tenía calor, necesitaba algo de fresco, necesitaba brisa.

Aparcó en el lugar más próximo que encontró y salió del cohce dando un portazo. Se encontró debajo de la lluvia, fresca, que la mojaba, que la refrescaba, Y la luna, enorme a lo alto, observandola. En ese momento se sintió de maravilla, se sintió viva, perfectamente, se sentía bien. Sus complejos habían desaparecido, sus problemas también. Y en ese momento tomó una decisión.

Entró el en coche empapada y siguió la carretera, había cogido la salida acertada.

Diez minutos tardó en llegar, solo diez. Miró la hora, eran las cinco de la mañana, pero su habitación estaba iluminada. "Esto es estúpido, solo pasa el las pelis" se recriminó. Cogió una pequeña piedra que encontró en el suelo y la tiró hacia la ventana. No hizo falta más, inmediatamente se abrió y apareció él, que la observó.

Había bajado, estaba frente a ella, y no sabía que decir:

-Hola- vaya estupidez.

-Hola-respondió él.

Era el momento indicado, o quizas no... quien sabe. Se acercó a ella, poco a poco, empapada de pies a cabeza, aunque él también lo estaba ahora. Su cara se acercó a la de ella, poco a poco, y la besó.

23 julio, 2010

Una noche para olvidar


Estaba fatal, dios, estaba fatalmente mal...

Carmen y Ana salieron con unos amigos esa noche, evidentemente, Alberto había acudido también. Ana no podía librarse de un sentimiento de culpa que la corroía por dentro, pero no sabía exactamente por que. En realidad lo sabía, pero no era capaz de aceptarlo. Le gustaba, y mucho, ese chico de nombre Manuel, pero ella tenía novio, un novio al que había querido antaño, pero que ya... no quería. Y le costaba aceotar eso, no lo quería reconocer, no quería cambiar su vida, estaba bien... pero tenía miedo. Miedo de acabar casada con un hombre que no quería, miedo de llevar una vida que nunca quiso... pero no le quería, y tampoco quería hacerle daño.

Esa noche se propuso emborracharse, no tenía ganas de pensar...

Cerveza, era lo único que tenía a mano... bueno en realidad cerveza y vino de garrafa... el que había organizado la fiesta no se había esmerado demasiado... Se decantó por la cerveza. Bebía mientras reía los chistes de otros, mientras Alberto la observaba, a su lado, preocupado. Sentía el fresco líquido bajar por su garganta... y lo saboreaba. Al principio le pareció asqueroso, nunca le había gustado la cerveza. Pero a medida que aumentaban los sorbos le gustaba más, y más, hasta que ya no pensaba en su problema, estaba feliz, divirtiendose con amigos y gente que conocía, también con gente que había querido hace mucho y que detestaba... pero no le importó lo más mínimo, daba igual, estaba feliz. Feliz como no había estado en mucho tiempo, y no le importaba nada, estaba bien:

-¡Ana! ¿Que haces?-dijo Alberto mientras le arrancaba de las manos la botella de cerveza- Nunca bebes tanto... El alcohol no es la solución.

"¿El alcohol no es la solución?" se preguntó ella "Solución a que" él habría intuido algo... Lo cierto es que Ana se le quedó mirando fijamente a los ojos, él la besó, y no sintió nada. En ese momento supo algo. Tenía que dar un paso. Tenía que hacer algo.

18 julio, 2010

El sueño


"Ella estaba allí, de pie, miraba a todas partes, no tenía ni idea de donde estaba. Buscaba algo. De repente miró en mi dirección. Su pelo castaño caía sobre sus hombros, era largo... precioso. Pasó el rato, no me había dado cuenta, pero no me había movido, me había quedado mirandola. Se acercó, se acercó mucho, y luego pasó de lado, iba hacia el ascensor.

No lo pude evitar, la seguí con la mirada. Me hizo mucha gracia la expresión de su cara, estaba totalmente confundida. "Mierda tengo clase" me dije. Salí rápidamente de mi ensoñación y corrí hacia clase. ¡PUM! Me había tropezado con alguien, tenía prisa, estaba cabreado conmingo mismo, ¡Me había quedad enbobado mirando a una tía!:

-Vigila mejor por donde vas-dije.

-Borde-dijo ella."


Se despertó de golpe, lo había vuelto ha hacer, había vuelto a soñar con ella, con la vez que la vio por primera vez. Últimamente solo soñaba con ella, y le estaba comenzando a molestar, ¿Tenía que hacer algo? y si lo tenía que hacer, ¿Qué tenía que hacer exactamente?

Debía dar un paso... si, eso debía hacer.

01 julio, 2010

un día de playa

Era un día de playa, un increible día de playa de septiembre. Era sábado. Carmen y Ana decidieron ir a la playa... en realidad Carmen, Ana y Alberto.


Estaba lleno, de bote en bote, y fue bien difícil encontrar sitio, pero no imposible. Se tumbaron sobre las toallas a dejar que el sol les bañara. Alberto se había situado muy cerca de Ana, tanto que podía resultar incómodo "Pero es mi novio, se supone que puede" pensó ella:


-Demasiado calor- dijeron las chicas a la vez.


Se echaron a reír por la extraña coincidencia y salieron corriendo, dejando a aquel chico con cara de idiota, el cual las siguió ipsofacto.


El agua estaba fría, congelada, pero igualemente a Ana le encantaba. El agua la hacía sentir libre, flotaba. Además, debajo de ella no se oía nada, solo se sentía la tenue corriente contra su piel. Era un lugar para pensar, para sentir, para aclararse. Por eso le encantaba sumergirse.


No se había dado cuenta, pero Carmen ya había salido, solo quedaban Alberto y ella. Él le hacía señales para que saliera. NO tenía ganas, así que negó con la cabeza. Decepcionado volvió solo.


Durante su ensoñación de repente algo la empujó hacia el fondo de la playa "!Socorro¡" intentó gritar, pero ya estaba bajo el agua. Estaba asustada, aquello le había parecido eterno, había estado bajo el agua una eternidad... pero solo habían sido unos segundos. Al emerger su corazón se paró de golpe, era él, si, Manu. "¿Pero qué hace aquí?" se dijo. Miró nerviosamente hacia las toallas, pero Alberto estaba hablando con su amiga, "No hay peligro...¿Qué peligro podía haber?" se dijo a si misma avergonzada. Estaba ahí, en frente de ella, con el pelo mojado sobre su cara, esos ojos verdes observandola y esa piel morena... que la estaba tocando:


-¿Tú por aquí?-preguntó él.


-Si... que casualidad-dijo ella, nerviosamente.


-No creo.


"¿No creo?" se preguntó ella. No se había dado cuenta, pero él estaba extrañamente cerca de ella, se estaba empezando a poner más nerviosa todavía. Seguía observando nerviosamente las toallas... parecía un tick. Él lo intuyó, no quería que la vieran. La agarró por los brazo y la undió con él. La besó, un roce de labios, pero un beso. Un beso salado, húmedo, tierno, cálido... Ella ni se lo creía, pero todavía faltaban cosas que creer. Una vez emergieron se encontró de frente con su novio, que la miraba preocupado, y acto seguido la abrazaba:


-Joder, de repente no teví y me preocupé- le susurró.


Se dió cuenta de la presencia de Manu y le mató con la mirada:


-¿Y este es...?-preguntó inquisitivo.


Y ella hizo lo peor que se le hubiese ocurrido:


-Alberto, este es Manu. Manu, este es Alberto.


Presentarlos:


-Soy su novio.