26 septiembre, 2010

Y lo recordaremos...


25 de septiembre, 23:55h

Y ambas amigas pensaron:

"Este será un día para recordar"

02 septiembre, 2010

Y en una tarde calurosa


-¡Ana!- gritaba - ¡Ana!
La cortina seguía ocultando la habitación, y dentro de esta estaba la chica, dubitativa " Le he dicho que el beso fue un completo error, que no volvería a pasar y que prefería que fuesemos cada uno por nuestro lado. Llevo una semana sin hablar con él. No cojo sus llamadas... ¿Cómo le dejo claro que prefiero no verle?" se dijo a si misma.


Seguía todo cerrado. Sin respuesta. Hacía un calor horroroso, sentía que se derretía. Pero apesar de ello no pensaba moverse de allí. Él también podía opinar sobre lo que había pasado, ella se había limitado a decir lo que pensaba y a pasar de él, "No señor, ni en broma"


Habían pasado 2 horas y Manu todavía no se había movido, seguía plantado frente a su casa, al sol. Sentía la necesidad de bajar y decirle a la cara que lo odiaba, lo odiaba por hacer que le quisiera tanto. Pero no lo haría, todavía no había hablado con Alberto y no permitiría que volviese a pasar. O eso creía ella.


"La ventana no está demasiado alta..." pensó Manu. Estaba pensando en poner todas sus cualidades atléticas en práctica para llegar hasta ella. EL calor le había agotado, pero aún así comenzó a coger carrerilla.


"¿Qué va a hacer el loco este?" se preguntó ella. Estaba mirando fijamente su ventana... estaba tramando algo. De repente comenzó a caminar. Se estaba alejando. "¿Se va?" Por alguna razón se sentía muy dolida. "Pero si esto es lo que yo quería, quería que se fuese". No era verdad. Bajó las escaleras corriendo y abrió la puerta de golpe, justo cuando él intentaba saltar...


-¡Joder! - gritó él. "No llego" pensó. Mientras se lamentaba tirado en el suelo escuchó algo.


-¡Te odio!- le gritó, raviosa. Como podía ser que se hubiese dejado engañar por él.


Se levantó y la vió allí, junto a la puerta, jadeando:

-¿Ana? ¡Ana!

Se acercó a ella, cauteloso:

-No me has dejado decir nada- añadió él.

-No te he dejado decir el que.

-Que yo quiero estar contigo, que me da igual Alberto. Si quieres hablo yo con él... yo que se. Pero no puedes pasar de mi asi por que si. No puedes, por que en este tema somos dos, y la que tomó esa decisión fuiste tú.

Ambos estaban jadeando, poco a poco habían subido el tono de la voz, estaban gritando:

-Pero es que yo no quiero verte más- exclamó ella.

Habían salido un par de vecinos para ver que pasaba. Manu se dió cuenta y se acercó a ella. Ana retrocedió, pero se encontró arrinconada entre la pared y el chico, que cada vez se acercaba más. Manu se acercó al oído de Ana y le susurró " Pero yo si". Fue una respuesta tajante.


Ana se esperaba lo peor. "No, no, no" se negaba a si misma. Se acercaba demasiado a ella, aquello iba a acabar mal, le odiaba, le odiaba muchísimo por hacer que ella le quisiese tanto:

-Te odio.

-¿Otra vez? - añadió él molesto - ¿Por qué me odias?

-Por... por que me haces quererte, y lo odio.

Sonrió. Fue un sonrisa amplia, feliz, real. Pero eso fue lo único que hizo, sonreír. Se separó de ella poco a poco. La observó una última vez. La besó levemente en la mejilla y se fue, con paso lento, feliz. Y Ana se quedó allí, sin saber exactamente que había pasado.